EL PUESTO VACIO

Recuerdo que estaba parada en una esquina, fumándome un cigarrillo; hacía frío y la noche era larga y solitaria, había mucha basura que barrer y tan poco tiempo. En medio de mi soledad, me preguntaba como llegué a eso , como llegué a barrer las calles de Medellín, pues cuando yo era joven soñaba con un cargo bien importante como, abogada, doctora y hasta presidente, algo que me hiciera sentir útil; algún cargo con el que pudiera ayudar a la gente… pero no: todos esos puestos los deje vacios, nunca fui, ni soy lo que siempre quise ser. Salí del bachillerato y me puse a trabajar, ya que estábamos mal económicamente; tardé cinco años pensando en hacer la carrera que siempre soñé: Derecho, y cuando estaba a punto de entrar a la universidad quedé en embarazo del “AMOR DE MI VIDA “ ¡si como no! Si apenas supo del embarazo se voló y me dejo botada, mmm… y yo que siempre soñé con un príncipe como el de los cuentos de los hermanos Grimm, pero esos hombres no existen. Meses después nació mi hijo Diego, era tan lindo, pesó ocho libras y media, era rosadito gordito y cachetón, él me dio las fuerzas para seguir adelante, él y mis padres, y con ayuda de Dios nunca faltó un plato de comida en la mesa, ni un techo donde dormir. Años después cuando Diego ya tenia quince años y cursaba cuarto de bachillerato, pensé en estudiar, pero ya no derecho, si no un cursito de comidas rápidas, para dejar de barrer las calles, pues a mi hijo Diego le avergonzaba mi oficio… Pero nuevamente algo se interpuso en mi camino, en mis ganas de “salir adelante” esta vez no fue un niño, ni un hombre, ni nada por el estilo… esta vez fue un cáncer , un cáncer de pulmón, si todos estos años he fumado, empecé desde los dieciséis años a consumir este veneno, que hoy me tiene postrada en una cama al borde de la muerte, dependiendo de un tanque de oxígeno…me rio de mi misma yo no fumaba cigarrillo, el me fumaba a mi, me consumía a mi. Hoy no soy lo que siempre quise ser, dejé tantos puestos vacíos, el de mi vida, el de mi realización personal, el mío como mujer, dicen que la vida tiene un propósito, yo nunca lo tuve, nunca lo conocí y lo peor es que nunca lo conoceré…

Carol Viviana Castañeda R. 11º2